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Mostrando entradas de 2020

La arena pública de la ciudad es insustituible para crear cultura" Adrián Gorelik

  La arena pública de la ciudad es insustituible para crear cultura  El sol de invierno entra casi horizontal en el departamento con vistas a las vías. El estudio de Adrián Gorelik, arquitecto y doctor en historia, investigador del Conicet y profesor en la Universidad Nacional de Quilmes, parece estar fuera del mundo. La ciudad se siente a la vez lejana y presente, en el insólito silencio apenas ritmado por música de jazz. Se la invoca. Acaba de publicarse el libro  Ciudades sudamericanas como arenas culturales  (Siglo XXI), compilado por Gorelik y la antropóloga brasileña Fernanda Arêas Peixoto, un recorrido por el tiempo y el espacio que va de Buenos Aires a Quito, Río de Janeiro, Montevideo, Caracas y Lima, atravesando el siglo XX y asomándose a las tendencias del XXI. Se trata de una obra interdisciplinaria, con 23 capítulos a cargo de 25 autores entre los que se cuentan historiadores, críticos literarios y de arte, arquitectos, antropólogos, filósofos, sociólogos, en un cruce

Los individuos pobres no son libres

Un filósofo y el poder de la economía: "Los individuos pobres no son libres" Tzvetan Todorov, pensador francés, alerta sobre el alejamiento de valores como la libertad, el laicismo y la racionalidad. http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/filosofia/Tzvetan_Todorov-crisis_europea-legalizacion_de_la_tortura_0_1292271069.html   POR BERNA GONZÁLEZ HARBOUR. LA REPUBLICA El filósofo búlgaro nacionalizado francés coloca el punto de transición, la curva en la cual todo se desvaneció, no en la crisis desencadenada en 2008 sino en la caída del muro de Berlín y en la ruptura, a partir de aquel momento, del equilibrio entre las dos fuerzas que deben convivir en una democracia: el individuo y la comunidad. –¿Sirve todavía su inventario de valores? ¿La libertad del individuo, por ejemplo? –Nuestra democracia liberal ha dejado que la economía no dependa de ningún poder, que esté dirigida solo por las leyes del mercado, sin ninguna restricción de las acciones de los individuos y

El día después de mañana (de la globalización de la indiferencia a la globalización del compromiso)

Mientras el coronavirus sigue haciendo estragos y transforma a los médicos en héroes y la mass media es bien utilizada para tomar conciencia de lo que nos ocurre, y otros la usan para entrenarse como los Nostradamus del siglo XXI, el mundo todo, la inmensa mayoría de los mortales hemos tomado nota de nuestra finitud y de la intrínseca debilidad de nuestro organismo ante las enfermedades desconocidas, y otras no tanto. Hemo comenzado a comprender que la escala de valores que sostenemos y practicamos está invertida. Nuestra soberbia individualista ha crepitado frente a un enemigo invisible que, como señal divina, nos ha recordado precisamente lo insignificante que somos en el Cosmos. Que la vida realmente es nuestro don más preciado. Un golpe nuestro ego para romper una anquilosada trama de complejas individualidades que se sostiene sobre la indiferencia, la inseguridad, los miedos y ese irrefrenable deseo de poseer. Un campo de batalla no declarado en el cual el individualismo